Opinión dividida en dos partes, por un lado la opinión que nos merece la casa (estuvimos 11 personas, dos matrimonios de edad media, un matrimonio de edad avanzada y 5 niños de edades entre 7 y 14 años) es de una casa agradable y bien equipada, salvo ciertos aspectos de menor relevancia como la ubicación (en el centro de la calle que mayor tráfico y ruido soporta de todo Vinuesa), el pequeño tamaño de las camas de matrimonio (1,35-1,40 m) y los vecinos (montaron una fiesta con música a todo volumen).
Pero, por otro lado, lo más desagradable fue como después de salir nos llamó Emma, la dueña, descalificándonos y tachándonos de sucios, acusándonos de haber dejado la casa en condiciones lamentables. Cual fue nuestra sorpresa, después de haber pasado toda la mañana limpiando la casa, que regresamos inmediatamente con el fin de ver de lo que se nos acusaba, observando allí que la casa estaba en perfecto estado y nada de lo que se nos acusaba era cierto, según Emma manchas y desperfectos "sin importancia" que ya estaban cuando entramos. Su respuesta era que "controlasemos a nuestros hijos". En definitiva si vais a esta casa COMPROBAR al entrar con la propietaria el estado de la casa (mirarla con lupa si hace falta), y si teneis hijos, de verdad, no es una casa recomendable.
Estuvo en Agosto 2020, en familia